miércoles, 30 de noviembre de 2011

Estocolmo: ¡Aquí no se fuma!

En España tenemos desde hace algunos meses una ley antitabaco que prohíbe fumar en casi cualquier recinto cerrado. Como en muchas otras cosas, en esto los suecos nos llevan ventaja. Aquí la normativa antitabaco es muy estricta, más incluso que en España, y no se fuma en recintos cerrados desde hace la tira de años.

La lucha contra el tabaco se ha llevado hasta extremos insospechados en España. Por ejemplo, si vives de alquiler tendrás prohibido fumar en el interior de la vivienda. No puedes fumar ni en tu propia casa. Inaudito, pero sanísimo. Si quieres fumar tendrás que desconectar el detector de humos o abrir una ventana y fumar por la ventana. Pensarás “Ah, si puedes fumar en la ventana no es para tanto”. Sí es para tanto. En invierno abrir una ventana para fumar requiere ponerse abrigo y gorro para soportar cinco minutos al fresco y aceptar que la temperatura en tu casa bajará tres o cuatro grados. Eso no tiene ni pizca de gracia. Siempre puedes decidir pasarte las reglas por el forro y fumar en tu casa con un par, pero conviene que sepas que no la prohibición de fumar dentro de la vivienda está reflejada en el contrato por lo que si salta la alarma de humos y se demuestra que es porque estabas fumando, te arriesgas a que el dueño te ponga de patitas en la calle. Tal y como está la situación de la vivienda en Estocolmo, créeme cuando te digo que no te conviene verte buscando piso ni mucho menos tener malas referencias.

En bares y restaurantes las cosas están como en España: si quieres fumar tendrás que salirte a la calle. Algunos locales tienen recintos para fumadores que recuerdan a jaulas de zoo, mientras que otros tienen zonas al aire libre donde podrás fumar sin salir del local. Eso sí, sigues teniendo la pega del clima: Si sales a fumar a la calle en invierno es porque de verdad necesitas ese cigarro. Aunque todos los locales nocturnos tienen zonas acordonadas para los fumadores con estufas y todo, la temperatura seguirá estando en números negativos por muy cerca que te pongas de las estufas.

Es en el trabajo donde fumar requiere una mayor dedicación. Igual que en el caso de bares y restaurantes, tendrás que salir a la calle para echarte un cigarro, con la diferencia de que aquí no hay estufas por ningún sitio. Si quieres fumar en invierno, tendrás que fumar con abrigo, guantes, gorro y bufanda a veinte grados bajo cero.

Parece evidente que fumar en Suecia es más chungo de lo que parece. Como los cigarros no son en muchos casos una opción válida, muchos suecos optan por el Snus, una especie de tabaco de mascar que te colocas entre el labio superior y los dientes. Según parece el Snuss es más sano que los cigarros porque es tabaco puro sin alquitrán ni otros productos nocivos, y además es mucho más discreto: no sueltas humo. El Snus es muy popular en Suecia y otros países escandinavos: casi un 25% de la población consume Snuss.

Snus aparte, lo mejor que puedes hacer en Suecia es no fumar y ya está. Ya sé que no es tarea fácil para los fumadores, pero estoy seguro de que si se tienen que enfrentar a la decisión de no fumar o fumar y congelarse, en muchos casos optarán por echarse un cigarro en otro momento.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Shock cultural: en Suecia, julio es agosto

En Suecia, la estación donde más sufre un español es el invierno, eso está claro: temperaturas muy bajas, hielo por todas partes, tormentas de nieve, toneladas de nieve acumuladas en parques y jardines… Es duro, pero si has decidido irte a vivir a Suecia al menos estás mentalmente preparado para la que se avecina. De tanto escuchar que en invierno hace un frío de cojones cuentas con la ventaja de que el invierno no te va a pillar desprevenido. En cambio, hay otra estación que puede minar la moral de un español y sobre la que nadie te alerta: el verano, concretamente el mes de agosto.

En España agosto es el mes del calor y las vacaciones. Prácticamente en toda la península hace un calor insoportable, y excepto por las ocasionales tormentas veraniegas los días son luminosos, calurosos y tranquilos. Agosto es mes de sol y playa, un mes donde todo el que puede aprovecha para salir en estampida de las grandes ciudades hacia localidades costeras donde poder disfrutar del mar, la sangría y la paella. En agosto ciudades como Madrid se convierten en ciudades fantasma propias de un apocalipsis zombie. Agosto es, en suma, el mes veraniego por excelencia. En Suecia la cosa cambia mucho: si estás esperando al mes de agosto para disfrutar del verano, te habrás quedado sin verano.

Esto es así porque agosto en Estocolmo es como septiembre en Madrid: los quince primeros días suele hacer calor y buen tiempo, pero la segunda quincena tendrás fresco y lluvia casi garantizada. Para un español esto es un shock tremendo. Habitualmente un español que vaya a vivir a Suecia se prepara mentalmente para soportar los inviernos, no para afrontar los veranos. Y cuando caes en la cuenta de que los veranos también son más cortos, de que el 15 de agosto esto se ha acabado y ya todo es cuesta abajo hacia otro invierno la reacción habitual es una mezcla de incredulidad y cabreo al 50%.

Claro que esto te pasa el primer año. Después ya estás preparado para sacar todo el partido que puedas a junio y julio. Te seguirá pareciendo inaudito que el verano se termine a mediados de agosto, pero al menos habrás disfrutado como dios manda de los dos meses más calurosos. Y Estocolmo es una ciudad muy agradable en verano, con multitud de festivales al aire libre, terrazas por todas partes y una oferta de ocio que sorprende por su variedad.

Además en Estocolmo el mes de julio es como el mes de agosto en Madrid: todo el mundo huye de la ciudad para pasar una temporada en la costa sueca, en las playas de Tailandia o en Málaga jugando al golf. Tienes la ciudad para ti solo, en la empresa sois cuatro gatos con poco que hacer y además la gente se vuelve más simpática. Junio y julio son los únicos meses donde los suecos parecen españoles y no robots fríos y distantes.

En definitiva, julio mola. Es un mes para disfrutar, un mes para estar al aire libre y aprovechar las casi veinte horas de luz que tendrás en Estocolmo. Si trabajas, lo mejor es dejar que todos sus compañeros se cojan las vacaciones en julio para luego poder escaparte de la ciudad a finales de agosto o principios de septiembre. De esa forma podrás disfrutar de dos meses de verano en Suecia más dos o tres semanas de verano en España.

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viernes, 25 de noviembre de 2011

Comida española en Estocolmo – Llévatela de España (II)

No dramaticemos: la comida en Suecia está buena y se puede sobrevivir perfectamente con lo que compres en cualquier supermercado. Nueve millones de suecos lo hacen y tienen una de las esperanzas de vida más altas del mundo, por algo será. Pero si te pirra la comida española, que seguro que es así, querrás llevarte cuanta más comida mejor. Te verás en la difícil tesitura de priorizar y decidir qué comida meter en la maleta y qué alimentos no caben/no te gustan tanto. En mi caso suelo llevar lo siguiente:
  • Queso. En Suecia hay quesos, por supuesto. Pero nada iguala un buen queso curado español.
  • Jamón serrano. El jamón serrano es la piedra angular de cualquier dieta española. En Estocolmo puedes encontrar jamón serrano en los supermercados, pero tendrás que estar dispuesto a comprar jamón del montón a precio de jabugo. Vamos, casi mejor si te lo llevas de España.
  • Embutido. Lomo, salchichón, chorizo, chicharrones… no los encontrarás es Suecia, y si los encuentras el precio será abusivo.
  • Chorizos para cocinar. Dos kilos de chorizos para cocinar son imprescindibles: para lentejas, para tortilla, para pasta, para huevos revueltos, para hacerlos al vino… En Suecia no hay, las alternativas no saben para nada como el chorizo de verdad.
  • Natillas. En cualquier súper podrás comprar postres parecidos, ¡pero no las auténticas natillas Danone!
  • Lentejas. Aquí no saben lo que son, así que un kilo o dos de lenteja rápida te pueden solucionar la vida. Con eso tienes para tres ollas de cinco raciones de lentejas, una pasada.
  • Fabada Litoral. Un topicazo y un buen chute de calorías, pero cuando aprieta el frío te saben a gloria.
  • “Abrir y listo” de Isabel. Chipirones encebollados, atún en salsa… una maravilla. Imprescindibles.
  • Fideos. ¡En Estocolmo no hay fideos! Si eres mucho de hacer sopas, más te vale llevarte un kilo de fideos de España. Y piensa que con el frío que hace en invierno, una buena sopa te sienta de maravilla
  • Sobras congeladas. Si en tu casa se cocina bien, nunca está de más que te vayan guardando sobras, con una bolsa térmica sobreviven el viaje sin problemas. Llevarte de España unas migas, algo de paella, croquetas… Parece una tontería pero bien contento te pondrás cuando te las comas.
Si te gusta cocinar también puedes meter otras cosas que no encontrarás en Suecia y que en España usas a menudo: masa de empanadillas, pan rallado, tempura, tomate frito, huesos de jamón… algunos de estos ingredientes son casi imprescindibles para que una comida te quede perfecta y no se encuentran en Estocolmo. Otros, como el tomate frito, pueden encontrarse (pero definitivamente no encontrarás tomate frito Orlando). Así que piensa muy mucho qué te vas a llevar.

Evidentemente en tu primer viaje a Estocolmo no podrás llevarte mucha comida porque querrás llevarte toda la ropa necesaria para sobrevivir durante el invierno. Eso sí, no exageres. Echa un vistazo al post sobre qué ropa llevar en Estocolmo en invierno y verás como no es para tanto. ¡Seguro que tienes sitio para meter algo de comida en la maleta! Y si tu problema es que aún no has encontrado una vivienda permanente porque la situación de la vivienda en Estocolmo es un caos, no te preocupes, basta con llevarse solamente alimentos no perecederos ;)

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Comida española en Estocolmo – Llévatela de España (I)

Si hay algo que duela de vivir en Suecia, descontando el frío y la nieve, es la comida. O mejor dicho, la ausencia de comida típica española. No tengo nada en contra de las albóndigas suecas, ni del salmón, ni de los arenques ni del solomillo de reno. Todo eso está muy bueno. Pero se echa en falta entrar a un bar y pedir “una de calamares” o “un montado de lomo”, o decir esas frases tan típicas como “Paco, ponme una de torreznos”. Aquí la cultura de la tapa no existe, la cocina básica es muy distinta y los productos españoles son prohibitivos.

La salida más fácil para evitar echar en falta la comida española es intentar visitar España a menudo para dedicar los 23 Kg que Iberia te permite llevar estrictamente a comida. Yo lo hago siempre que puedo. Ésta es mi estrategia para sacar el máximo partido de mis visitas a España:
  • Cada vez que vuelo a España viajo ligero, casi con las manos en los bolsillos. Llevo encima un maletín para el portátil con lo imprescindible: cartera, móvil, portátil con batería, disco duro portátil, gafas, etc. El resto va a la maleta: meto algo de ropa en la maleta de mano y algunos regalos que haya comprado, coloco la maleta de mano dentro de la maleta grande y todo a facturar. De ese modo facturo aire (facturar menos de 15 Kg es una ridiculez) y encima viajo ligero.
  • Los dos días anteriores consisten en pesar la comida que me voy a llevar para evitar sorpresas, repasar la lista que mi madre tiene siempre preparada con todo lo que me tengo que llevar (gracias, mamá) y salir a comprar las cuatro cosas que faltan. La noche de antes siempre me toca discutir con mi madre por cuestiones de peso: ella quiere que me lleve todo o casi todo y yo tengo que poner un límite para evitar quedarme con cara de idiota en el aeropuerto, cuando al poner mi maleta en la báscula vea cómo sobrepasa los 23 Kg.
  • El viaje de vuelta a Estocolmo lo hago más cargado, con casi 23 Kg de comida en la maleta que facturo (23 Kg – peso de maleta – algo de ropa = 18 Kg aproximadamente para comida), más la maleta de mano pesando sus 10 Kg de rigor. Además de la bolsa del duty-free con alguna botella de alcohol. Da igual que bebas mucho o poco, vino o whisky, que compres para ti o para regalar: el alcohol en Suecia es tan caro que los precios del duty free suelen ser la mitad que en cualquier Systembolaget.
  • Como el vuelo Madrid-Estocolmo llega al aeropuerto de Arlanda a las 14.00 cuando quiero llegar a casa son las cuatro de la tarde. Esto quiere decir que las escasas cuatro horas que faltan hasta la hora de la cena (sí, aquí tienes que acostumbrarte a cenar como tarde a las ocho) las dedicaré a hacer inventario de toda la comida que me he traído, colocarla en su sitio y vaguear. Porque un viaje en avión cansa más de lo que parece, y porque me lo he ganado.
Viajes y viajes de experiencia a mis espaldas me han llevado a perfeccionar el método hasta los extremos que acabas de ver. Puede que casi veinte kilos de comida te parezcan una exageración, pero créeme cuando te digo que abrir la nevera y el congelador de tu casa en Estocolmo y ver productos españoles por todas partes no tiene precio ¡Cuando aprieta el invierno sueco, fabada Litoral al canto!

viernes, 18 de noviembre de 2011

Shock cultural: las tiendas cierran a las 18.00!

Una de las cosas que se echan de menos en Estocolmo es el horario de apertura de los comercios españoles. Salvo los supermercados, las tiendas cierran sobre las seis de la tarde, haciendo que la sencilla tarea de comprar un libro o un jersey se convierta en una lucha a muerte donde te enfrentarás a oleadas de personas que quieren hacer lo mismo que tú en la única hora que queda libre cuando termina la jornada laboral: de 17:00 a 18:00.

¿Entonces la gente que trabaja cuándo compra?
¡Muy buena pregunta! La respuesta es: o compras al salir de trabajar, deprisa y corriendo, o en sábado. La primera opción muchas veces no es posible: si no tienes las tiendas a las que quieres ir cerca de tu lugar de trabajo tal vez cuando quieras llegar a ellas estén casi cerrando; o si habitualmente tienes que quedarte trabajando hasta las 17:30 o 18:00 cuando salgas de trabajar ya tendrás las tiendas casi cerradas aunque estén a dos pasos de tu oficina. Además aquí la jornada laboral se cumple casi a rajatabla con lo que habitualmente todo el mundo termina de trabajar entre las 17:00 y las 17:30 haciendo que las calles suecas pasen en cuestión de segundos de parecer un pueblo de spaguetti western al centro de Tokio en hora punta. Las colas para comprar alcohol en un Systembolaget céntrico un viernes a partir de las 17:00 son un espanto, hay que verlo para creerlo porque si se lo cuentas a alguien que no lo haya visto por sí mismo pensará que eres como el típico pescador presumiendo haber cogido una trucha "así de grande".

Al final muchas personas optan por comprar en fin de semana, cuando preferirían pasar el día tranquilamente en casa, con los amigos o con la familia. Además no serán los únicos que se resignan a comprar en sábado, por lo que terminarás por darte de bruces con el problema que has querido evitar: aglomeraciones, gente y colas por doquier. Este sinsentido provoca que determinadas tiendas sean declaradas zona de conflicto los sábados, por ejemplo IKEA. IKEA un sábado cualquiera es como Callao durante las rebajas de reyes, solo que además la gente arrastra bolsas amarillas XXL.

¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Uno de los inconvenientes de vivir en este paraíso socialista que es Suecia es que los sindicatos tienen un poder inmenso, incluso excesivo en algunos sectores o industrias. El comercio es el mejor ejemplo, ya que aquí se antepone el supuesto comfort de los trabajadores a una demanda de la sociedad: que las tiendas permanezcan abiertas hasta las 19:00 o las 20:00.

Por supuesto los sindicatos no impiden que las tiendas abran más allá de las seis de la tarde, faltaría más. El problema es que los sindicatos están obsesionados con el tiempo libre de los trabadores y con poco menos que obligar a los mismos a tener toda la tarde para ellos. La última negociación colectiva, hará vaya usted a saber cuántos años, fijó de 18:30 a 7:00 el horario nocturno, por tanto un comercio que abra de 18:00 a 21:00 tendrá que pagar a sus empleados el salario normal por media hora y la tarifa nocturna por dos horas y media. Sí señor: a partir de las 18:30, horario nocturno ¡Toma ya! El salario del night-shift es el doble que el salario normal, así que el empresario estaría pagando el equivalente a cinco horas y media de trabajo.

Este sinsentido provoca que aunque los horarios comerciales estén más o menos liberalizados haya un control de facto sobre los mismos, ya que ningún empresario ve rentable pagar a su plantilla la tarifa nocturna por trabajar a partir de las 18.30. Primero, porque como he dicho antes el salari es automáticamente el doble; segundo, porque si hay pocas tiendas que adopten esta medida los consumidores seguirán intentando realizar sus compras de 17:00 a 18:00.

Conclusión: los suecos están que trinan con estos horarios absurdos. Creo que es uno de los pocos aspectos de la vida cotidiana sueca donde la opinión generalizada es que hay que cambiar las cosas a la voz de ya. Vayas donde vayas, hables con quien hables, la gente está hasta el gorro de los horarios comerciales… pero los sindicatos no dan su brazo a torcer. Y como la clase política no intenta forzar su mano para no cabrearles, seguimos igual.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¡Es invierno en Estocolmo! ¿Y yo qué ropa me pongo?

Uno de los principales inconvenientes de vivir el Estocolmo es el invierno: largo, frío y con nieve y hielo por doquier. Para un Español acostumbrado a considerar cualquier temperatura bajo cero como frío extremo, aunque sea sólo -1º C, pensar en enfrentarse a temperaturas negativas de dos dígitos un día sí y otro también provoca situaciones de pánico. Sobre todo a la hora de planificar la vida en Suecia desde España, pensando en el tipo de ropa que tendrás que vestir, qué ropa necesitarás comprar para estar preparado y qué ponerte para sobrevivir al frío.

Algo que mucha gente suele olvidar es que dentro de los edificios la temperatura es normal, como en cualquier edificio de oficinas de España. Por tanto el reto consiste en combinar prendas de ropa que te ayuden a soportar el frío de la calle sin que te ases en tu lugar de trabajo. Mi consejo en prendas de vestir es:
  • Zapatos: botas para la calle y otro par de zapatos para la oficina
    En Suecia es muy habitual que durante los meses de invierno cada trabajador tenga en la oficina un par de zapatos exclusivamente para trabajar. Cuando tienes 20 centímetros de nieve en la calle es evidente que necesitas un calzado especial para moverte por la ciudad: botas para nieve. El problema es que las botas de nieve no combian bien con un traje por lo que si tienes una reunión necesitarás tener a mano otro par de zapatos. Además, tus botas llegan a la oficina caladas por lo que convien dejarlas a secar en algún sitio en vez de pasearse con ellas por la oficina. Por tanto si trabajas en Suecia tendrás que equiparte con el calzado para ir de casa al trabajo y vuelta, y unos zapatos normales para dejarlos en la oficina los meses de invierno.
  • Calcetines/medias: hasta la rodilla (ellos), a prueba de balas (ellas)
    Para evitar que el frío se meta por debajo del pantalón o de la falda es necesario protegerse a conciencia. Por eso es necesario taparse bien, con una franja de seguridad bien amplia donde el pantalón o falda se superpongan a los calcetines o medias. En mi caso compré seis pares de calcetines de nylon hasta la rodilla en Calzedonia que funcionan a las mil maravillas
  • Ropa interior: tampoco hay que exagerar
    Suecia es un país frío, pero no es el corazón de Rusia o de Polonia donde los inviernos de clima continental extremo se convierten en una pesadilla. Aquí hace mucho frío, pero no hace falta comprar ropa interior especial. Nada de calzoncillos hasta los tobillos, con la ropa interior que compras habitualmente en España vale.
  • Pantalones/faldas: el grosor importa
    Como he dicho antes, no hay que exagerar. Eso sí, cuando aprieta el frío conviene tener a mano unos pantalones de pana, que son aceptables en un entorno business casual y abrigan más que la media. Si necesitas vestir traje sí o sí, entonces mi consejo es que te compres un traje para invierno, ya que estos trajes son más gruesos de lo normal y te permiten sobrevivir en la calle si que luego te de un soponcio en la oficina.
  • Camisa o camiseta: ¡camisa y camiseta!
    Aunque no conviene pasarse con la técnica de la cebolla, sí es cierto que cuantas más capas lleves más abrigado estarás. Por tanto si habitualmente usas camisa para trabajar, ponte una camiseta de manga corta debajo. Por 10 euros tienes 2 camisetas blancas en H&M, problema solucionado. Si en tu oficina puedes vestir más casual y te gusta ir en camiseta o en polo, más de lo mismo: ponte otra camiseta debajo.
  • Jersey: protégete el cuello
    Si no sueles llevar bufanda, un jersey de cuello alto es obligatorio. Aquí la garganta sufre mucho y si no la proteges te arriesgas a resfriarte una semana sí y otra también. En cuanto al material del jersey, no hace falta llevar un jersey de lana todos los días; los jerseys de algodón que puedes encontrar en un Zara en España son suficientes.
  • Abrigo: la primera línea de defensa
    El abrigo sí es crucial. Cuando el frío aprieta no valen medias tintas: o abrigo de cuerpo entero o abrigo para ventisca, de los que llevan los esquiadores. El primer tipo de abrigo es más elegante pero protege un poco menos del frío, aunque a cambio llega hasta casi las rodillas con lo que termina protegiendo más de lo que parece. El segundo tipo es una elección evidente. Sólo llega hasta la cintura, pero ofrece protección total. Si prefieres este tipo de abrigos es mejor comprarlo en Suecia porque aquí encontrarás más variedad y más protección que en cualquier tienda española, incluso en tiendas de deportes especializadas.
  • Bufanda y guantes: sí, por supuesto
    Una bufanda, o cualquier otro artefacto que proteja tu cuello, es imprescindible. Si no llevas jersey de cuello alto necesitas una bufanda para evitar que tu garganta sufra y tener una tos de camionero al día siguiente. En cuanto a los guantes, obligatorios si no quieres que se te queden los dedos como carámbanos; pocas cosas hay más desagradables que perder la sensibilidad en las manos.En circunstancias normales las bufandas y los guantes que compres en España serán suficiente protección.
  • Gorro: chaval, no te queda otra
    El 60% del calor corporal se pierde por la cabeza, asi que más te vale levar gorro. Si tienes una buena mata de pelo podrás optar por gorros finos, pero siempre gorro. Si tienes poco pelo o lo llevas muy corto, entonces tal vez necesites comprarte un gorro estilo ruso.
En definitiva, hay que prepararse para el frío pero sin exagerar. No tendrás que ponerte tres pantalones uno encima del otro o llevar el pijama debajo de la ropa normal. Pero sí será necesario abrigarse. Al fin y al cabo, en una ciudad tan cosmopolita como Estocolmo que cuenta con una red de metro muy eficiente el tiempo que pasarás voluntariamente en la calle serán los escasos minutos que tardes en llegar de tu casa a la parada de metro y de la parada de metro al trabajo.

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lunes, 14 de noviembre de 2011

Las entrevistas de trabajo en Suecia y Estocolmo

Uno de los mayores shocks que puede tener un español en Suecia es durante una entrevista de trabajo. Si no sabes cómo va la cosa, probablemente el formato de la entrevista te coja con el pie cambiado y termines por hacer o decir cosas de las que te arrepentirás más adelante.

En Suecia se cuida mucho el entorno laboral, procurando que los empleados gocen de ventajas que en países como España pueden ser impensables: seguro médico y dental gratis, una asignación fija para practicar deporte y gastos en artículos deportivos, masajes, posibilidad real de trabajar algunos días desde casa… Esta concepción agradable y amistosa del mercado laboral se extiende a las entrevistas de trabajo y choca frontalmente con el formato español, mucho más agresivo.

¿Qué hable de mi? Así, de buenas?
El peligro estriba, por tanto, en que una entrevista de trabajo en Suecia puede parecer mucho más informal de lo habitual. Seguramente durante los primeros quince minutos de la entrevista tendrás que hablar de quién eres, de tu pasado, tus hobbies… Si en España te hacen este tipo de preguntas estarás a la defensiva, esperando en cualquier momento una pregunta trampa donde el entrevistador se abalance sobre ti a sacar los trapos más oscuros de tu pasado. Aquí no tienes que preocuparte por eso; conocer a la gente es parte de la entrevista laboral y el personal de recursos humanos valora mucho el tipo de respuestas que se den en esta sección, por lo que mi consejo es: ¡no te cortes! Habla con confianza de quién eres y de lo que te gusta hacer, de tus sueños, tus hobbies y tus aspiraciones.

El grupo es lo primero
Culturalmente Suecia es un país poco individualista, y eso se refleja tanto en la cultura empresarial como en el perfil de trabajador tipo. En Suecia es mucho más importante la contribución que puedas realizar al grupo que tus logros individuales. Ser capaz de trabajar en equipo tiene una importancia capital, y un excesivo individualismo puede ser razón suficiente para ser rechazado. Esto contrasta mucho con España donde los logros individuales tienen un valor muy importante y no el rol secundario que tienen en Suecia.

¡Cuidado, sigue siendo una entrevista de trabajo!
Como este formato de entrevista no es el tercer grado al que estás acostumbrado corres el riesgo de relajarte demasiado. No olvides que estás en una entrevista de trabajo, por lo que las reglas de juego básicas siguen en pie: tienes que mostrar interés por la compañía, dar lo mejor de ti mismo y demostrar tu conocimiento sobre la empresa. En definitiva, tienes que hacer ver que eres el candidato idóneo para el puesto. Un Español puede bajar demasiado la guardia y terminar diciendo algo que termine por completo con la posibilidad de conseguir el trabajo.

No saques tú el tema del salario
A menos que el la oferta de trabajo esté 100% relacionada con ventas, no es recomendable ser el que empiece hablar del salario. En Suecia está muy mal visto, probablemente porque se da por sentado que cualquier empresa va a ofrecer un salario muy decente, acorde con las responsabilidades del puesto de trabajo. Es totalmente correcto preguntar por la posibilidad de una revisión de contrato más adelante si se cumplen los objetivos o si contribuyes de forma sobresaliente a los resultados de la empresa, pero no negocies tu salario a menos que sepas que te necesitan a ti y solamente a ti. Si lo haces estás dejando ver que tu única motivación es el dinero, con lo que el personal de recursos humanos te colocará automáticamente en la casilla de los individualistas/egoístas, y como ya he explicado más arriba eso es lo peor que puede pasarte en una entrevista laboral en Suecia.

De cualquier modo, una entrevista de trabajo es una entrevista de trabajo. En España, en Suecia y en la cochinchina. Por eso una vez que conoces la cultura del país donde vives probablemente el mejor consejo que te pueda dar es el suguiente: confía en tu sentido común.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Shock cultural: colas por doquier

Esta afirmación se presta a chistes fáciles, pero no por ello deja de ser cierta: a los suecos les encantan las colas. Esto es, en Suecia harás colas para todo, no importa la hora, el lugar ni el motivo. De hecho, si ves a un sueco esperando en la parada de autobús, está haciendo una cola de una sola persona lo parezca o no. Y más te vale situarte detrás suyo o al menos en una poslición tal que quede claro que él va antes que tú. Parece que los suecos son igual de maníáticos del orden que los alemanes, o incluso más. Ni esquí de fondo, ni fitness: hacer cola es el deporte nacional, y está todo tan organizado que probablemente tengas que coger un número y esperar en los sitios mas insospechados. Esta manía por el orden puede deparar a un extranjero situaciones insospechadas como:
  • Entras a un banco y no hay nadie. Te acercas al mostrador, das los buenos días y comienzas a hablar sobre las gestiones que quieres realizar. La cajera te mira con cara de “no te estoy prestando la más mínima antención” mientras te dice que tienes que coger un número. Es entonces cuando a) miras en derredor para cerciorarte de que en el banco sólo estás tú y los trabajadores, b) vuelves a mirar a la cajera para asegurarte de que habla en serio y c) coges número porque no te queda otra.
  • Entras a una tienda de telefonía y no hay nningún cliente. En los diez segundos que tardas en acercarte al mostrador, entra alguien detrás de ti. Mientras preguntas al dependiente el precio de una tarjeta SIM de prepago, escuchas la musiquita de “número XX” y ves cómo el dependiente pasa olímpicamente de ti y centra su atención en el caballero que acaba de sacar un número y que evidentemente ha entrado detrás de ti. Sintiéndote tan impotente como Nicole Kidman al final de Los Otros, vas a por un número para adquirir el derecho a ser atendido.
  • Entras a una tienda dispensadora de abonos de metro. Coges número porque has aprendido la lección, y esperas religiosamente tu turno. Cuando te toca, buscas el número de mostrador correspondiente con la mirada y te encaminas hacia él. En los cinco segundos que tardas en acercarte el cajero ansioso ha pulsado el botón otra vez pasándole el turno al siguiente cliente que por arte de magia se materializa en el mostrador antes que tú. Lo has hecho todo bien y aún así no consigues tu objetivo: ser atendido. El dependiente te dice que lamentablemente se te ha pasado la vez y tendrás que coger número de nuevo. Le haces caso. ¿Qué vas a hacer si no?
Todas estas situaciones son verídicas, no he exagerado ni un ápice. Evidentemente tuvieron lugar durante el primer mes que pasé en Suecia. Aún así, todavía hay momentos en los que me falla la práctica y ocasiones en las que me sorprendo por hacer cola en un lugar donde no me lo esperaba.

¿Quién da la vez?
Sí, yo también lo he pensado: trastorno obsesivo-compulsivo. Para un dependiente sueco, un cliente que no haya sacado número es como un fantasma, un ser etéreo que no pertenece a este mundo y con el que no se debe establecer contacto a menos que lleve a cabo el ritual de pulsar un botón y coger un número, momento en el que ese ser translúcido pasa a pertenecer a la categoría de personas de carne y hueso con derecho a ser atendidos. ¿Exageración? Para nada. La capacidad de ninguneo de un dependiente sueco a cualquier cliente que no tenga número es infinita.

Por supuesto, las colas siempre requieren coger número. Olvídate del castizo “quién da la vez”, en este país hacer cola sin emplear una forma escrita de confirmación (un papel con tu número) se consideraría sacrilegio, y puede que te encarcelen por alteración del orden público.

La creencia más extendida es que en Suecia se hacen muchas colas porque los suecos son fanáticos del orden. Yo he desarrollado una explicación mejor: sin orden y colas la sociedad sueca se hundiría en el caos y la anarquía. La mejor demostración es el metro de Estocolmo, el unico lugar de Suecia que conozco donde no se hacen colas. Acceder a un vagón de metro es una auténtica locura, y en hora punta la gente lucha por colarse delante de ti como si el vagón de metro fuera el último bote salvavidas del Titanic. Da igual que el vagón esté vacío, la gente ha activado el modo “metro en hora punta” por lo que la estación se ha convertido en un todos contra todos. Si extrapolas este comportamiento al resto de situaciones de la vida cotidiana, Suecia como país no duraría ni dos telediarios.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Shock cultural: El café y la fika

Probablemente sabes que en Suecia hace frío, mucho frío. Los inviernos son largos, oscuros y gélidos, y tradicionalmente los suecos han intentado hacer frente a este clima tan desagradable y calentar su organismo de diversas formas: dándole a la sauna casi a diario, ingiriendo cantidades ingentes de alcohol, comiendo golosinas como si las fueran a prohibir y/o bebiendo café sin parar. Estas medidas tienen diversos efectos colaterales:
  • las saunas combinadas con el frío exfolian de maravilla y convierten la epidermis de suecos y suecas en pura y perfecta porcelana
  • la ingesta de alcohol ocasiona problemas de salud, transtornos de comportamiento y termina siendo un problema de salud pública que obliga al estado a intervenir (Systembolaget)
  • el azúcar de las golosinas tendría que convertir a las suecas en gorditas con pinta de zampabollos, sin embargo conservan una figura de escándalo, no se cómo ni por qué
  • el café te pone como una moto y se convierte en una adicción: cada vez necesitas consumir más para que la cafeína te proporcione el chute de energía extra que buscas
Un efecto colateral más es que para bien o para mal estos cuatro hábitos se han incorporado a la cultura sueca de una u otra forma. Suecia no sería la misma sin sus saunas, su monopolio sobre la venta de alcohol, sus supermercados con paredes enteras dedicadas a chucherías o sus calles plagadas de 7-11s y similares.

Descafei…qué?
Conviene recordar que Suecia es el segundo país que más café consume por habitante, detrás de Finlandia. La media son cuatro tazas de café al día, y no estoy hablando de descafeinado. Aquí los cafés se beben con cafeína, si pides descafeinado lo normal es que te miren como a un bicho raro. En Suecia casi no existe el café descafeinado, para un sueco beber descafeinado sería como pedirse un BigMac sin carne.
Repito: cuatro tazas de café al día de media, contando niños y ancianos. En realidad, cualquiera que trabaje en una oficina beberá entre seis y ocho cafés al día, una salvajada. Para un español esto son cifras inalcanzables, al cuarto café estaríamos en una cama de hospital con una taquicardia de caballo. Un problema adicional para un extranjero es que la vida empresarial gira en torno a la máquina de cafés. Ir a por café es la excusa perfecta para una reunión de entre cinco y diez minutos donde se intercambien ideas y pareceres y se hace team-building. Tu problema como español es que no puedes seguir el ritmo, y tal vez te ven como un antisocial y un bicho raro por no beber café  

El café, parte central de la vida empresarial
En el caso del café su importancia cultural y empresarial se ha visto reforzada por la “merienda”, más conocida como fika. Por si estas visitas a la máquina de cafés no fueran suficiente, los suecos gustan de celebrar fikas de cuando en cuando, meriendas donde se bebe café acompañado de bollería variada (cinnamon rolls, conocidos coloquialmente como fikabrod o pan de fika). Lo habitual es que haya por lo menos una fika por semana, pudiendo haber hasta una al día, donde se habla sobre el devenir de la empresa de una forma más coloquial y se aprovecha para relajarse un poco y estrechar lazos con tus compañeros de trabajo. La fika es uno de esos escasos momentos en los que los suecos socializan a gusto, probablemente porque incluyen dos cosas que les pirran: café y dulces.  

Mi consejo: si eres como yo y no te gusta demasiado el café (ni el té), procura acompañar a tus compañeros de trabajo a por café cada vez que te pregunten. Puedes limitarte a coger un vaso de agua, un chocolate caliente de la máquina, o hacerte un té si lo prefieres. Pero no te cierres en redondo. Otro aspecto diferencial de la cultura del trabajo en Suecia es que el grupo importa más que el individuo: tus jefes y compañeros apreciarán más tu trabajo si haces equipo que si estás sentado trabajando de sol a sol sin levantar la vista de tu monitor.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Salir de marcha por Estocolmo – Södermalm

La isla de Södermalm, situada al sur del casco histórico de Estocolmo (la isla de Gamla Stan), es junto con Stureplan-Östermalm la zona de marcha más popular de Estocolmo. El ambiente en esta zona no es tan exclusivo como Stureplan: hay de todo. Es posible encontrar locales de ocio similares a los que encontrarás en Stureplan, pero lo habitual es que tanto los bares como la gente tenga un perfil más alternativo y variado, en muchos casos tirando a hipster. Por norma general en los locales de ocio de esta zona se podrá escuchar música en directo, incluso algunos de los más grandes traen a figuras internacionales del panorama musical. En el fondo esto es lo que le pega a esta isla, lugar de residencia de cualquier sueco que se considere bohemio o sofisticado.
La zona principal para salir de marcha discurre por la calle Gotgatan, principalmente desde la parada de metro de Slussen (al norte) hasta la parada de Medborgaplatsen (justo en el centro de la isla). Cerca de esta arteria principal se pueden encontrar muchos locales, aunque también hay otros situados más lejos a los que vale la pena ir.

Algunos de los sitios más populares y concurridos en Sódermalm son:
·   Bonden Bar. Un local muy chic que abre hasta las tres de la mañana, situado muy cerca de Medborgaplatsen. Muy buena opción si se busca salir un fin de semana de marcha pero sin pretender quedarse hasta las tantas.
·   ???? Este local, situado en la misma calle que el Bonden Bar, es difícil de encontrar porque se encuentra en un subterráneo y la entrada no está prácticamente indicada. Juraría que no tiene nombre ni nada en la puerta, de ahí los signos de interrogación. Una vez pasamos el susto inicial de “donde nos hemos metido” y hemos bajado una precaria escalera de caracol, llegamos a un amplio bar subterráneo. Además de sentarte tranquilamente a tomarte una cerveza, puedes jugar al pinball, ping-pong, petanca, futbolín y billar. Tienen incluso tres máquinas recreativas originales con tres de los primeros videojuegos jamás creados: Pong, Pac-Man y Space Invaders. Un lugar ideal para un fin de semana de colegueo.
·   Strand. Situado en Hornstull Strand, este amplio local suele celebrar conciertos de bandas de renombre (en el último mes han tocado Yelle y Digitalism por ejemplo), y el resto de días es un bar muy espacioso y agradable donde se puede hacer de todo: jugar, bailar, beber…
·   Marie Laveau. Como muchos otros lugares de ocio de Estocolmo, Marie Laveau tiene dos ambientes distintos: la planta baja, con música pop o soft house y de ambiente más “fino”, y el sótano, con música electrónica y un ambiente más desenfadado. Si entras antes de las 23.00 no tendrás que pagar entrada. Después son 100 SEK, y podrás estar de fiesta hasta las tres de la mañana.
·   Huset Under Bron (Tradgarden). Sí, como su propio nombre indica esta discoteca se encuentra debajo de un puente, más concretamente debajo del puente que une Södermalm con Hammarby Sjöstad. Funciona sólo en verano, y es un buen sitio para ir a escuchar música electrónica. La pega es que no es fácil encontrarlo sin smartphone, porque a medida que te alejas de la parada de metro de Skanstull te parece que alguien te ha tomado el pelo. Sí, está en un lugar un poco inhóspito, pero a cambio no hay vecinos a los que molestar y puede abrir hasta las cinco de la mañana.
·   Debaser Slussen. Situado el la exclusa que separa Gamla Stan y Slussen, esta discoteca es uno de los lugares favoritos para salir en verano, porque cierra relativamente tarde (a las tres de la mañana) y tiene una zona de terraza muy amplia. Además, todas las semanas hay conciertos.
·   Debaser Medis. Pertenece al mismo grupo que Debaser Slussen, por lo que sigue la misma filosofía: combinar días de concierto con días más rutinarios para buscar que el local se llene siempre. Es un local muy espacioso, situado en plena Medborgaplatsen, y como muchas discotecas de la zona cobra entrada a partir de las 23.00.
·   Mosebacke. En verano hay tortas por coseguir una silla en cualquiera de las dos terrazas situadas en la plaza de Mosebacke. Además de ofrecer unas vistas espectaculares de Gamla Stan, Skeppsholmen y Djurgarden, es de los pocos sitios de Estocolmo donde te pueden servir jarras de litro y medio de cerveza (casi 200 SEK). Es muy popular para afterworks, por lo que lo habitual es que esté lleno desde las cinco de la tarde.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Españolas ligando en Suecia – como echar el lazo a un sueco

Una de las conversaciones recurrentes que tengo con mis amigos versa sobre las relaciones suecos VS extranjeros y cómo ligar en Suecia. En un post anterior ya comenté que la creencia general es que siendo extranjero partes con ligera ventaja, en este post recojo parte de las conclusiones a las que llegué hablando con mis amigas foráneas sobre el tema, con algunos consejos muy útiles:
  • Tendrás que cambiar el chip 
    En muchos otros países, desde España hasta Estados Unidos pasando por Alemania, Francia, Italia… la mujer es la que espera viendo cómo el hombre la corteja. Aunque una mujer puede tomar la iniciativa de vez en cuando, el hombre es el que tiene que demostrar su interés, esforzarse y arriesgarse. Aquí lo cosa no funciona así. Si una mujer le echa el ojo a un sueco no puede limitarse a esperar a que el sueco se lance a por ella. Si lo hace verá como antes de que eso ocurra una sueca se abalanzará sobre tu objetivo y se llevará el gato, tu gato, al agua. No importa que partas con ventaja por ser extranjera y exótica, un sueco va a lo fácil, si es a tiro hecho mejor que mejor. Conclusión: los suecos no se esfuerzan, no lo necesitan.
  • Necesitarás adaptarte a su poco “tacto” social  
    En Suecia no se estila usar wingmen ni nada parecido: si has conseguido el increíble hito de que un sueco de el primer paso y se ponga a hablar contigo no debe extrañarte que se medio abalance sobre ti sin refuerzos aún cuando estás hablando con tu grupo de amigas. No te asustes, no es un pesado ni un salido: los suecos en general no entienden de sutilezas y no tienen ningún problema en dejar a sus amigos con un palmo de narices si ven a una chica que les puede interesar. El principal problema es que en una situación normal los suecos no dan este paso, necesitan armarse de valor, o lo que es lo mismo ingerir ingentes cantidades de alcohol, para decidirse a salir de su burbuja y hablarte. El resultado es que una foránea tendrá la impresión de que el susodicho sueco es un borracho pesado y no un chico interesante. Este punto refleja uno de los principales problemas de la cultura sueca: aquí no se bebe para socializar, se bebe para emborracharse. Y según me comentan mis amigas no hay nada peor que tener que aguantar a un borracho dándote la brasa. Conclusión: los suecos necesitan beber para ligar.
  • Deberás prepararte para llevar el peso de la conversación  
    Si milagrosamente has conseguido que un sueco reúna el valor de acercarse y hablar contigo sin que vaya como una cuba, no lances las campanas al vuelo, aún tendrás que sufrir un poco más. En estas situaciones los suecos demuestran una timidez galopante y una falta absoluta de habilidades sociales: no tienen conversación. Muy pocas veces se ven en la tesitura de tener que hablar durante cierto tiempo con una chica para mostrar su interés y su valía, normalmente se limitan a la táctica te invito-me invitas-te-invito-en tu casa o en la mía, o van borrachos y no se enteran. Conclusión: te parecerá que estás hablando con una piedra.
  • Tendrás que aceptar que la caballerosidad brillará por su ausencia  
    Una de las quejas constantes que tiene las suecas es que la caballerosidad ha desaparecido en Suecia, probablemente por culpa de una concepción errónea de la igualdad. No esperes que tu cita te abra la puerta del restaurante y te deje pasar primero: corres el riesgo de llevarte un portazo en las narices. Tampoco esperes que a un sueco se le pase por la cabeza pagar la cena: cogerá la cuenta, su tarjeta de crédito y le dirá al camarero que se cobre su parte. Tampoco verás el “baile” para pagar la cuenta (yo pago, que no que pago yo, venga que me toca a mi, no hombre no…), como se te ocurra decir “pago yo”, pagas tú. De regalos esporádicos y detalles ya ni hablamos: a los suecos no se les pasa por la cabeza realizar regalos espontáneos, ni que una mujer valora esas pequeñas muestras de aprecio. Simplemente, no entienden este concepto. Si mencionas la palabra caballerosidad lo más probable es que el sueco te mire con cara de besugo, como si no supiera el significado de esa palabra. Conclusión: la igualdad ha matado a la caballerosidad.
Todos estos problemillas terminan por desalentar a muchas extranjeras, por lo que no es extraño que prefieran salir y relacionarse con otros foráneos. Si de verdad quieres cazar a un sueco, tendrás que armarte de valor y hacer frente a todos estos obstáculos.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Noviembre en Estocolmo – Winter is coming

Algo que sabes a ciencia cierta sobre Suecia en general y Estocolmo en particular es que en invierno hace un frío de cojones. Si tienes pensado irte a vivir a Suecia por cualquier motivo, seguramente el invierno sueco es lo que más temas. Habrás escuchado que la nieve se apila por las calles, que el invierno dura meses enteros y que las temperaturas bajan hasta veinte o veinticinco grados bajo cero. Vamos, que a menos que hayas nacido y vivido en Molina de Aragón (-27º C, no está mal) el invierno sueco será para ti una especie de apocalipsis de nieve y oscuridad. 
Lo cierto es que la ciudad está muy bien preparada para afrontar inviernos demenciales. Las calles están practicables por mucho que nieve, el transporte público funciona con normalidad a menos que las temperaturas bajen de -20º C (por cuestiones técnicas el metro no funciona bien a temperaturas tan bajas), los locales y las viviendas están preparados para afrontar estas temperaturas y la sociedad en general se ha adaptado a estas condiciones climáticas. La clave consiste en sobrevivir el primer invierno: una vez que te has enfrentado a un invierno sueco y has salido victorioso, los demás inviernos ya te parecen casi rutinarios. Es una guerra de desgaste, donde el enemigo utilizará técnicas rastreras para minar tu moral como por ejemplo:
  • El cambio de hora en octubre. Justo cuando el frío empieza a apretar y por si no tuvieras bastante con llevar gorro y guantes en octubre, tienes que ajustar los relojes y retrasarlos una hora. Parece poca cosa, pero el shock de que anochezca a las 16.30 puede ser más grave de lo que parece.
  • El hielo. El verdadero enemigo en invierno no es la nieve, es el hielo. La nieve suele ser agradable, te la quitas del abrigo sin problemas, no cala y no molesta a la hora de andar. El hielo es un enemigo invisible que convierte las aceras en trampas mortales para españoles desprevenidos. A los suecos no les molesta, he llegado a ver mujeres suecas andar sobre placas de hielo con tacones de aguja como si nada mientras yo luchaba por evitar abrirme la cabeza a cada paso.
  • La noche eterna. Aunque Estocolmo no se encuentre en el círculo polar ártico, durante dos meses tendrás seis horas de luz escasas al día. Normalmente pasarás esas seis horas estudiando o trabajando, por lo que siempre que estés por la calle será de noche. Un día tras otro tras otro. Según parece el impacto psicológico de la falta de luz es lo realmente terrible de estos inviernos, ya que incluso modifica el comportamiento de la gente. Parece inaudito, pero muchos suecos afirman que el mes más duro es noviembre, porque es ya pleno invierno, aún no ha nevado, y por lo tanto las horas de luz son más oscuras al no contar con el reflejo del sol en la nieve. Los que venimos de países mediterráneos, en cambio, pensamos que febrero es la auténtica pesadilla.
  • El metro parado a -25º C. Levantarte y ver que la temperatura en la calle es de -25º C es un shock de por sí. Armarte de valor y salir a la calle hasta la parada de metro más cercana es un acto heroico. Llegar y ver que los andenes están llenos y que el siguiente tren no llega hasta dentro de media hora es una broma pesada. A mi me tocó sufrirlo en enero de 2010, y tuve que andar/correr 15 minutos a -25º C porque llegaba tarde a mi examen de Corporate Finance. Afortunadamente el cabreo por el mal funcionamiento del transporte público me provocó un chute de adrenalina y calorías que compensó el frio terrible que hacía.
  • Parece que no termina jamás. A finales de marzo empiezas a ver la luz al final del túnel: las temperaturas suben poco a poco, se nota que los días son más largos y la capa de nieve comienza a desaparecer. ¿Ha terminado el invierno? ¡No! Abril aún esconde algunos ases bajo la manga. El golpe psicológico definitivo es ver que un quince de abril, con las calles totalmente limpias de nieve, comienze a nevar otra vez. Y no son cuatro copos, es una nevada en condiciones. Levantarse de la cama ese día y ver otra vez todo blanco hace que caigas de rodillas gritando ¡NOOOOO!
Esto es lo que te vas a encontrar si te mudas a Suecia. Como he dicho no es para tanto una vez que te preparas mentalmente para la que se avecina, lo único que tienes que hacer es ser consciente de que el invierno aquí dura seis meses, que algunos días las vas a pasar canutas y que aunque no lo parezca el invierno sí tiene fin.Eso sí, un año tras otro en octubre prepárate porque... Winter is Coming!

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