lunes, 28 de noviembre de 2011

Shock cultural: en Suecia, julio es agosto

En Suecia, la estación donde más sufre un español es el invierno, eso está claro: temperaturas muy bajas, hielo por todas partes, tormentas de nieve, toneladas de nieve acumuladas en parques y jardines… Es duro, pero si has decidido irte a vivir a Suecia al menos estás mentalmente preparado para la que se avecina. De tanto escuchar que en invierno hace un frío de cojones cuentas con la ventaja de que el invierno no te va a pillar desprevenido. En cambio, hay otra estación que puede minar la moral de un español y sobre la que nadie te alerta: el verano, concretamente el mes de agosto.

En España agosto es el mes del calor y las vacaciones. Prácticamente en toda la península hace un calor insoportable, y excepto por las ocasionales tormentas veraniegas los días son luminosos, calurosos y tranquilos. Agosto es mes de sol y playa, un mes donde todo el que puede aprovecha para salir en estampida de las grandes ciudades hacia localidades costeras donde poder disfrutar del mar, la sangría y la paella. En agosto ciudades como Madrid se convierten en ciudades fantasma propias de un apocalipsis zombie. Agosto es, en suma, el mes veraniego por excelencia. En Suecia la cosa cambia mucho: si estás esperando al mes de agosto para disfrutar del verano, te habrás quedado sin verano.

Esto es así porque agosto en Estocolmo es como septiembre en Madrid: los quince primeros días suele hacer calor y buen tiempo, pero la segunda quincena tendrás fresco y lluvia casi garantizada. Para un español esto es un shock tremendo. Habitualmente un español que vaya a vivir a Suecia se prepara mentalmente para soportar los inviernos, no para afrontar los veranos. Y cuando caes en la cuenta de que los veranos también son más cortos, de que el 15 de agosto esto se ha acabado y ya todo es cuesta abajo hacia otro invierno la reacción habitual es una mezcla de incredulidad y cabreo al 50%.

Claro que esto te pasa el primer año. Después ya estás preparado para sacar todo el partido que puedas a junio y julio. Te seguirá pareciendo inaudito que el verano se termine a mediados de agosto, pero al menos habrás disfrutado como dios manda de los dos meses más calurosos. Y Estocolmo es una ciudad muy agradable en verano, con multitud de festivales al aire libre, terrazas por todas partes y una oferta de ocio que sorprende por su variedad.

Además en Estocolmo el mes de julio es como el mes de agosto en Madrid: todo el mundo huye de la ciudad para pasar una temporada en la costa sueca, en las playas de Tailandia o en Málaga jugando al golf. Tienes la ciudad para ti solo, en la empresa sois cuatro gatos con poco que hacer y además la gente se vuelve más simpática. Junio y julio son los únicos meses donde los suecos parecen españoles y no robots fríos y distantes.

En definitiva, julio mola. Es un mes para disfrutar, un mes para estar al aire libre y aprovechar las casi veinte horas de luz que tendrás en Estocolmo. Si trabajas, lo mejor es dejar que todos sus compañeros se cojan las vacaciones en julio para luego poder escaparte de la ciudad a finales de agosto o principios de septiembre. De esa forma podrás disfrutar de dos meses de verano en Suecia más dos o tres semanas de verano en España.

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