viernes, 18 de noviembre de 2011

Shock cultural: las tiendas cierran a las 18.00!

Una de las cosas que se echan de menos en Estocolmo es el horario de apertura de los comercios españoles. Salvo los supermercados, las tiendas cierran sobre las seis de la tarde, haciendo que la sencilla tarea de comprar un libro o un jersey se convierta en una lucha a muerte donde te enfrentarás a oleadas de personas que quieren hacer lo mismo que tú en la única hora que queda libre cuando termina la jornada laboral: de 17:00 a 18:00.

¿Entonces la gente que trabaja cuándo compra?
¡Muy buena pregunta! La respuesta es: o compras al salir de trabajar, deprisa y corriendo, o en sábado. La primera opción muchas veces no es posible: si no tienes las tiendas a las que quieres ir cerca de tu lugar de trabajo tal vez cuando quieras llegar a ellas estén casi cerrando; o si habitualmente tienes que quedarte trabajando hasta las 17:30 o 18:00 cuando salgas de trabajar ya tendrás las tiendas casi cerradas aunque estén a dos pasos de tu oficina. Además aquí la jornada laboral se cumple casi a rajatabla con lo que habitualmente todo el mundo termina de trabajar entre las 17:00 y las 17:30 haciendo que las calles suecas pasen en cuestión de segundos de parecer un pueblo de spaguetti western al centro de Tokio en hora punta. Las colas para comprar alcohol en un Systembolaget céntrico un viernes a partir de las 17:00 son un espanto, hay que verlo para creerlo porque si se lo cuentas a alguien que no lo haya visto por sí mismo pensará que eres como el típico pescador presumiendo haber cogido una trucha "así de grande".

Al final muchas personas optan por comprar en fin de semana, cuando preferirían pasar el día tranquilamente en casa, con los amigos o con la familia. Además no serán los únicos que se resignan a comprar en sábado, por lo que terminarás por darte de bruces con el problema que has querido evitar: aglomeraciones, gente y colas por doquier. Este sinsentido provoca que determinadas tiendas sean declaradas zona de conflicto los sábados, por ejemplo IKEA. IKEA un sábado cualquiera es como Callao durante las rebajas de reyes, solo que además la gente arrastra bolsas amarillas XXL.

¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Uno de los inconvenientes de vivir en este paraíso socialista que es Suecia es que los sindicatos tienen un poder inmenso, incluso excesivo en algunos sectores o industrias. El comercio es el mejor ejemplo, ya que aquí se antepone el supuesto comfort de los trabajadores a una demanda de la sociedad: que las tiendas permanezcan abiertas hasta las 19:00 o las 20:00.

Por supuesto los sindicatos no impiden que las tiendas abran más allá de las seis de la tarde, faltaría más. El problema es que los sindicatos están obsesionados con el tiempo libre de los trabadores y con poco menos que obligar a los mismos a tener toda la tarde para ellos. La última negociación colectiva, hará vaya usted a saber cuántos años, fijó de 18:30 a 7:00 el horario nocturno, por tanto un comercio que abra de 18:00 a 21:00 tendrá que pagar a sus empleados el salario normal por media hora y la tarifa nocturna por dos horas y media. Sí señor: a partir de las 18:30, horario nocturno ¡Toma ya! El salario del night-shift es el doble que el salario normal, así que el empresario estaría pagando el equivalente a cinco horas y media de trabajo.

Este sinsentido provoca que aunque los horarios comerciales estén más o menos liberalizados haya un control de facto sobre los mismos, ya que ningún empresario ve rentable pagar a su plantilla la tarifa nocturna por trabajar a partir de las 18.30. Primero, porque como he dicho antes el salari es automáticamente el doble; segundo, porque si hay pocas tiendas que adopten esta medida los consumidores seguirán intentando realizar sus compras de 17:00 a 18:00.

Conclusión: los suecos están que trinan con estos horarios absurdos. Creo que es uno de los pocos aspectos de la vida cotidiana sueca donde la opinión generalizada es que hay que cambiar las cosas a la voz de ya. Vayas donde vayas, hables con quien hables, la gente está hasta el gorro de los horarios comerciales… pero los sindicatos no dan su brazo a torcer. Y como la clase política no intenta forzar su mano para no cabrearles, seguimos igual.

2 comentarios:

  1. Y yo pensaba que los sindicatos molestaban en España...

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  2. Sí, aquí tienen muchísimo poder y a veces se oponen al interés general y no hay nada que hacer.
    En este caso, por ejemplo, los sindicatos están impidiendo de facto una liberalización de horarios comerciales. Argumentan que defienden al trabajador garantizándole el descanso que se merece a partir de las 17.00; yo digo que le quitan al trabajador la libertad para elegir trabajar cuando y cuánto le de la real gana.

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