lunes, 29 de octubre de 2012

Situaciones chocantes cuando viajas de Suecia a España y viceversa

Cuando eres de una cultura mediterránea cuesta pasar mucho tiempo fuera de casa. Por mucho que tengas tu vida en otro país siempre que puedes te escapas a España una temporada (o a Italia, o a Portugal, o al país del que provengas). Esto es así, es ley de vida; la familia tira mucho y los amigos también. Que en tu país natal puedas comprar Jabugo sin tener que vender un riñón, meterte un cocido o una paella entre pecho y espalda con los amigos, estar en invierno por la calle sin temor a morir congelado o con la cabeza abierta por un resbalón inoportuno en una placa de hielo traicionera, bañarte en tu piscina al aire libre desde mayo hasta casi octubre, comprar alcohol sin sentirte un criminal a punto de cometer un delito, hablar a grito pelado por la calle sin que la gente te mire como si estuvieras tarumba… eso no tiene nada que ver. O si. O no. O qué se yo.

Volviendo al tema: si resides en un país nórdico vas a volver a España de vez en cuando (Navidad/Año Nuevo, verano, Semana Santa y lo que surja). Y eso siempre origina situaciones curiosas porque te has acostumbrado a otra cultura, otras costumbres, otras normas sociales. Aquí van algunas que seguro que le suenan a más de uno:

Los saludos informales

En cada país se saluda de una forma distinta, o casi. Como los suecos son muy “desapegaos” y a los españoles nos gusta el roce, esto origina situaciones graciosas (menos cuando eres tú el que las vive, claro. Un ejemplo: si acabo de volver a Suecia y me encuentro con una conocida el instinto me dice “saluda con dos besos”; si se me ocurre hacerlo es probable que me crucen la cara por muy conocida que sea. Otro ejemplo: si en España tú (chico) vas a saludar a tu amiga te puedes quedar congelado durante varios segundos pensando si debes saludar con dos besos, un abrazo, beso y abrazo. Mientras te lo piensas ella ya ha tomado la iniciativa y se lanza a darte un par de besos y como no estás a lo que tienes que estar parece que la chica esté besando a un maniquí.

Los saludos formales

El colmo de los colmos es que aunque el apretón de manos sea el saludo establecido en un entorno de negocios, cuando se saludan un hombre y una mujer o sobre todo dos mujeres no es raro saludar con dos besos. ¿Situaciones embarazosas que origina? Muchas. Ejemplo: que en España te presenten a la jefa de tu jefa, alguien con toneladas de experiencia de cuyas decisiones dependen bastantes millones de euros, y se acerque para saludarte con dos besos con toda la naturalidad del mundo. Si todavía no te has quitado de encima el carácter sueco tendrás una vocecilla gritando dentro de ti algo como “pero qué hace?? Que se acerca!! Mucho!!! Contacto no deseado!!! “. Y además ya habrás comenzado el movimiento de saludo “apretón de manos” con lo que se te quedará bastante cara de panoli.

Las conversaciones casuales

En España los desconocidos te dirigen la palabra a menudo, ya sea en el ascensor, en la consulta del médico, sentado en el autobús o en la calle presenciando algún hecho poco habitual (o no tanto). En Suecia parece que las interacciones sociales no deseadas están penadas con cárcel. Como vuelvas a Suecia con el chip “español amistoso” y le dirijas la palabra a un desconocido, todas las personas en un radio de varios metros te mirarán como diciendo “tú tas loco chico!”

El consumo de alcohol

Uno de los efectos directos de que exista un monopolio estatal sobre el consumo de alcohol es que el precio de cualquier bebida alcohólica en cualquier bar de cualquier ciudad es indecente. El efecto secundario es que desarrollas un mecanismo de defensa para no tener que pedir una hipoteca si quieres salir, beber y divertirte: beber despacio, muy despacio. Al volver a España puedes tener dos reacciones posibles y opuestas: o piensas “PERO QUÉ BARATO TODO!!” y te bebes hasta el agua de los floreros en un santiamén, o todavía prevalece tu mecanismo de defensa y mientras tus colegas se beben siete copas tu te bebes tres. La segunda reacción es mucho mejor si vas a volver a Suecia en breve, de lo contrario llegarás a tierras nórdicas habituado al ritmo español y en menos que canta un gallo te habrás dejado 100 euros en copas.

El volumen de voz

Después de vivir en unos cuantos países de Europa he llegado a la conclusión de que el volumen de voz (y las ganas de fiesta) está directamente relacionado con el clima: más calor, más volumen. Tal cual. Cuando vueles a Suecia después de pasar un par de semana en España los primeros días parece que te has tragado un altavoz, mientras que si acabas de llegar a España parece que no te oye ni el cuello de tu camisa.

La conducción

En un post anterior ya me explayé sobre cómo se conduce en Suecia. Resumiendo: pisando huevos y con el claxon de adorno. Si has conducido mucho en Suecia como te suelten en Madrid en hora punta a más de otro conductor le entrará la tentación de soltarte un par de tortas por patán y pisahuevos mientras te “saluda” a base de claxon, y puede que te de un síncope cuando te invada esa sensación de todo-el-mundo-va-a-toda-leche-y-no-se-qué-hacer. Si conduces en Suecia como si estuvieras en España la gente no te pitará, pero tanto peatones como conductores se apartarán aterrorizados a tu paso.

Seguro que hay decenas, cientos de anécdotas similares, pero ahora mismo no se me ocurre ninguna. Además llevo casi mil palabras en este post, y no es plan de dar la brasa. Cuando se me ocurran más situaciones de éstas las iré contando por aquí. Hasta entonces, un saludo!


Espera, aún hay más! Tal vez te interesen estos otros posts:
La conducción en Estocolmo: Segura y aburrida, aburrida y segura
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Los suecos se dejan los modales en casa
Un español ligando en Suecia - Compitiendo con los suecos

jueves, 25 de octubre de 2012

¿Qué puede pasar un 25 de octubre de 2012 en Estocolmo?

¿Lo adivináis? ¿Si? ¿Si? ¡Seguro! Venga ahí va:

¡Que nieva! Si señor, hoy 25 de octubre de 2012 queda oficialmente inaugurada la nueva temporada de invierno con la primera nevada del otroño (porque aún queda mucho otoño por delante). Mis amigos suecos están felices de la vida, publicando comentarios como "it's snowing, yeah!" mientras que mis amigos expats que viven en Estocolmo tienen estados de Facebook como "WTF winter already?". Toma división de opiniones.

¿Y yo cómo estoy? Pues ENCANTADO. ¿Encantado? Sí, porque estoy en España, así que a todos los pobres expatriados residentes en Suecia que han visto como el invierno no ha tenido ni el buen gusto de esperar a noviembre... ¡se siente, es lo que hay! Yo por mi parte he esquivado esa bala, ¡toma ya!

(Kintaro Oé, en una definición visual de "toma ya")

Sólo quería decir ésto, nada más. Ya se que es un post muy corto y que parece que soy un vago, pero tenía que soltarlo !Y tranquilos que el siguiente post va a ser largo de narices¡ ¡Winter is coming! jejeje

Como este post es cortito, quizás te has quedado con ganas de más:
- Noviembre en Estocolmo - Winter is coming
- Junio en Estocolmo: más frío que en Navidad
- Primavera en Suecia: es mayo, ¿qué ropa me pongo?
- La primavera en Suecia
- Siete razones por las que me gusta el invierno sueco
- Shock cultural: en Suecia, julio es agosto

miércoles, 17 de octubre de 2012

¡Atracón de golosinas!

¿Quién no ha comido golosinas hasta reventar de pequeño, comprándolas en el kiosco con la paga de la abuela? Una nube, una fresa, un regaliz… así hasta llegar a cincuenta pesetas, veinte duros, o lo que fuera. Hoy eso casi se ha perdido en España, con la proliferación de tiendas de golosinas “al peso” que le quitan bastante gracia al proceso de comprar golosinas.

Todo esto viene a cuento porque hoy voy a hablar de las golosinas en Suecia, también llamadas Godis, y de todas las diferencias existentes entre España y Suecia al respecto, que son bastantes:

¿Dónde se compran las golosinas en Suecia?

En casi cualquier sitio, pero principalmente en supermercados y tiendas de conveniencia (7-11 y similares). Hasta el momento pocas diferencias con España ¿verdad?

¿Cómo se compran las golosinas?

Al peso. Siempre al peso. Por supuesto puedes usar la palita pertinente para coger sólo una golosina de un tipo concreto, pero no vas a tener a un dependiente a quien decirle “una de éstas y dos de las verdes de ahí”. Os estaréis preguntando dónde narices están las diferencias con España…

¿Cuánta variedad de golosinas hay?

Aquí es donde empieza lo bueno: en cualquier supermercado tienes golosinas para parar un tren, por variedad y cantidad. Es tremendo. Para empezar dividen las golosinas en tres (sí, tres) “grupos” distintos, que en español llamaríamos:
    1) golosinas. Las de toda la vida. Fresitas, plátanos, regaliz, nubes, etcétera. Blanditas y habitualmente con azúcar espolvoreado. El paraíso de cualquier chavalín. 
    2) chocolates. Dulces casi exclusivamente compuesto por chocolate, que pueden ser bolitas de chocolate blanco, M&Ms, mini bombones, copias baratas de “conguitos”…  
    3) de finolis. ¿De finolis? Que sí, que sí. ¿Cómo llamaríais vosotros a unas golosinas con la etiqueta de saludables, golosinas que todo el mundo dice son “sanas"? ¿Sanas de qué? Por definición una golosina es un capricho envuelto en azúcar y calorías. Para mi, ir al súper a por golosinas y comprar “golosinas sanas” es como ir al McDonalds a por un menú Big Mac XXL y pedir coca cola light, o mismamente ir al súper y en vez de comprar Risketos comprar Risketos light. Algo tienen de sano estas golosinas, eso sí: son más caras, con lo que podrás comprar menos (y engordar menos).

¿Cuántas golosinas suele consumir un sueco al día?

La pregunta del millón, y la respuesta es: un huevo. ¡Pero un huevo, eh! Raro es el día en que un sueco no diga “chicos, me voy a por unas Godis”. Y no te creas que se compran una o dos, qué va; las compran “a puñaos” y no dejan ni media. Después de días y días de observar este fenómeno y de comentarlo con la gente he elaborado dos teorías que, combinadas, dan respuesta al enigma.
    - Teoría 1: A los suecos les pirran las golosinas.
    Demostración: A los hechos me remito. Si vives en Suecia, sabes de qué hablo. Seguro!
    - Teoría 2: Los suecos utilizan esta ingesta calórica para contrarrestar el frío extremo y la subsecuente pérdida de calor.
    Demostración: Espero no tener que demostrar a estas alturas el frío que hace en este país. Además, “casualmente” los suecos también se inflan a cafés, pasteles, dulces y vodka.
Sí señores, juntando las dos teorías tengo la explicación para este fenómeno. Y de rebote la explicación a por qué el 50% de las paredes de los 7-11 y las tiendas de alquiler de películas están dedicadas a golosinas, a por qué los supermercados tienen pasillos enteros para golosinas, y a por qué siempre es uno de los pasillos más concurridos sin importar si estás en un ICA o un COOP, en Estocolmo o en Umea, en Ostermalm o en Rinkeby.

Espera! Estos posts también te pueden "apetecer" :)
Suecia VS España: densidad de población y sus consecuencias
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Shock cultural: colas por doquier

lunes, 1 de octubre de 2012

Estocolmo: una ciudad preparada para el invierno

Los españoles, excepto los que vivan en Teruel, Molina de Aragón o ese puñado de ciudades donde los inviernos son de aúpa, están poco acostumbrados a inviernos con temperaturas muy negativas. Cinco bajo cero ya se considera un frío insoportable, así que los veinte o veinticinco bajo cero a los que se puede llegar en Suecia son algo pavoroso. Y si combinamos el frío con nieve a espuertas tendremos a los españoles preguntándose qué narices se les habrá perdido en Estocolmo. La respuesta suele ser tan sencilla como “tuve que venirme a Suecia porque en España no encontraba trabajo ni p’atrás” o “me eché una novia sueca de Erasmus y me ha traído aquí de una oreja”, y el resultado siempre es un español pasándolas canutas en invierno.

Porque el invierno en Suecia es duro, eso no lo niega nadie. Pero al menos los lugareños han hecho todo lo humanamente posible por adaptarse a estas circunstancias y por intentar que esta traumática experiencia que dura seis mes sea llevadera. Ciudades como Estocolmo son casi “a prueba de invierno”, y si no me crees aquí tienes algunos ejemplos:
  • El transporte público funciona (hasta que deja de hacerlo)

    Muchas de las estaciones de metro en Estocolmo están bajo tierra (evidentemente) y todas las vías de la zona centro son subterráneas en vez de al aire libre como en algunas otras ciudades de Europa. Esta medida es mucho más importante de lo que parece, por que cuando las temperaturas bajan de -20ºC los trenes no circulan del todo bien en superficie, así que o tienes estaciones subterráneas o te quedas con un palmo de narices. He visto suecos levantarse a las cinco de la mañana cuando entran a trabajar a las ocho un día de mucho frío porque saben que el tren va a dejar de funcionar sí o sí.
  • Tiempo al aire libre diario: menos de 5 minutos
  • El tiempo que una persona tiene que estar en la calle (para ir al trabajo, a comprar o a lo que sea) se minimiza en la medida de lo posible. ¿Cómo? Con un sistema de transporte público eficiente que favorece tener paradas de metro y/o cercanías a tiro de piedra, por ejemplo. Además es muy habitual que la actividad comercial se organice alrededor de las paradas de metro, de forma que cuando salgas del metro volviendo del trabajo tengas dos supermercados, dos bares, una pizzería, un kebab, una frutería y un 7/11 a menos de cincuenta metros. Todo esto permite pasar de puntillas por los días de frío intenso y evitar, si se quiere, estar al aire libre más de cinco minutos.

  • Batallones de operarios echan grava 24/7
  • Cuando nieva mucho, todos o casi todos los días hay equipos de limpieza que se encargan de echar por las calles sal, grava y lo que haga falta para que las aceras estén, cuanto menos, practicables. Eso no evita resbalones y caídas en un 100%, pero lo limita bastante. De hecho no hay invierno en el que no haya visto la muerte de cerca por un resbalón en el lugar más insospechado posible, precisamente porque terminas cogiendo confianza y piensas que después de meses y meses, inviernos e inviernos, dominas la situación. De eso nada, chato!

  • Y si hay que echar grava inmediatamente, se echa
  • En casi todas las calles hay contenedores azules repletos de grava, para que si es necesario verter una manta de grava “de emergencia” se pueda hacer en cuestión de horas. Y tal y como nieva aquí cuando se pone la cosa dura es una medida de lo más necesaria.

  • No se te helará el culo en el coche
  • Si has tenido que cambiar de piso (¿aún no? Créeme, ya te tocará) te habrás percatado de que los asientos están calefactados. Eso es la bomba! No temas quedarte en un atasco 30 minutos y pelarte de frío, con tu asiento bien calefactado.

  • Los montones de nieve de la ciudad, a las afueras
  • ¿Dónde va la toda la nieve que cae en Estocolmo y desaparece por la noche como por arte de magia? Muy sencillo: se la llevan en camiones a las afueras de la ciudad, a unas zonas habilitadas precisamente para eso. Porque como la temperatura máxima del día en invierno suele ser un número negativo, aquí no se deshiela nada, y algo tendrán que hacer con la nieve. Lo realmente jodido es cuando nieva tanto que se llenan esas zonas (como pasó en el invierno de 2009) y entonces no les queda otra que amontonar la nieve en parques y jardines.
Como puedes ver, por mucho frío que haga en Estocolmo al menos tendrás la certeza de que la ciudad está preparada para un duro invierno y diseñada para que esos seis largos meses de nieve, frío y noche cuasi-perpetua sean llevaderos. Ya que no van a ser agradables, por lo menos que sean llevaderos!

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