viernes, 28 de diciembre de 2012

Otoño, invierno y el carácter de los suecos

“Escania es fea en invierno. Lodo gris, árboles grises, cielo gris… y lo más gris de todo son las personas”
Los Perros de Riga (Henning Mankell)

Es llegar el otoño, y el gris comienza a adquirir protagonismo poco a poco hasta que todo el día se tiñe de ese color en Suecia. Si bien las noches comienzan a hacerse más largas a partir de julio, es a mediados de septiembre cuando la balanza se da la vuelta: el equinoccio de septiembre da el pistoletazo de salida a una temporada más de frío, a raciones intensas de nieve, a otros seis meses de oscuridad. Es a partir de septiembre cuando los cielos se llenan de nubarrones, cuando la oscuridad se adueña de las tardes, cuando el gris vuelve a ser la tónica dominante, el color del aburrimiento.

Henning Mankell (sus novelas de intriga ambientadas en Escania y protagonizadas por Kurt Wallander son altamente recomendables) define con gran acierto el carácter de los suecos durante el otoño y en los inviernos en los que la nieve no termina de aparecer: gris, como el ambiente. En Suecia, un invierno sin nieve es una maldición, no sólo para suecos y otros amantes de los deportes de invierno, sino para cualquiera que tenga que vivir meses y meses con seis horas de luz. Una nevada copiosa devuelve color a las calles de Estocolmo, haciendo que la luz del sol se refleje en las aceras, en los tejados, en la calzada… Si diciembre de 2012 ha sido vuestro primer invierno en Suecia, no os deberíais quejar tanto como seguro os estáis quejando de las nevadas que han caído. Diciembre de 2011 fue mucho peor: sin nieve ni temperaturas "extremas" casi hasta febrero.

Seguramente un español que lea estas líneas pensará que estoy mal de la cabeza. Pues lo siento, pero me reafirmo: Suecia sin nieve en invierno es un suplicio. A pesar de que una nevada copiosa puede dejar las calles impracticables un día, a la larga sus efectos son muy beneficiosos: la nieve hace que los suecos estén de mejor humor. Y eso en un país donde la gente no destaca por su facilidad para relacionarse puede ser determinante para tu vida social. ¿Que por qué la nieve tiene ese efecto en los suecos? Sigue leyendo:

En Suecia hay que concebir el otoño como un “parón social” entre el verano y el invierno. En verano los suecos se pasan el día al aire libre relacionándose con los demás en grupos grandes y con mucho jolgorio de por medio: de picnic en el parque, de vacaciones por Europa, de barbacoa en el patio de casa, de viaje a las playas de Gotland, de relax bañándose en el lago Malaren… Por el contrario, en invierno prima hacer vida social en grupos más pequeños y en espacios cerrados: cena con los amigos en casa, ver una peli en el cine… si se hace una actividad en grupo al aire libre, siempre está relacionada con la nieve y el frío: patinar en el lago helado, esquiar o pasear por el lago (helado, claro) hasta las islistas del lago Malaren. En otoño, en cambio, ni hace el suficiente calor como para estar al aire libre, ni el suficiente frío como para disfrutar de actividades de invierno. Los suecos necesitan el frío y la nieve. Claro que hay actividades que van a poder realizar siempre, en otoño, en invierno o cuando sea… pero al final uno se harta de ver películas, cenar y hacer los mismos planes. Además, tened en cuenta que a los suecos les encanta esquiar, están deseando poder cogerse un fin de semana para hacer una escapadita y ponerse los esquís. ¿Os imagináis la decepción si, semana tras semana, el termómetro se mantiene sobre cero? No se me ocurre un equivalente para los españoles, tal vez un verano con lluvias constantes que no permita ir a la piscina, a la playa o a las fiestas de los pueblos.

¡El frío no es tan malo! No creo que sea casualidad, pero desde que me fui a vivir a Suecia no me he puesto enfermo ni una vez. ¡Aquí no hay microbio que sobreviva! Si estás viviendo tu primer invierno en Suecia, viniste con idea de quedarte y el tiempo te está haciendo cambiar de opinión... ¡dale otra oportunidad! Te prometo que una vez que pasas un invierno, los siguientes ya son pan comido.

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sábado, 1 de diciembre de 2012

Ir al cine en Estocolmo

Una de las ventajas de vivir en una ciudad como Estocolmo es que la oferta de ocio es tremendamente amplia. La cantidad y variedad de bares y restaurantes es tremenda, pero se pueden hacer muchas otras cosas que no impliquen necesariamente comer o beber: ir al teatro, asistir a algún evento especial como los jueves en el SoFo, ir a un concierto o, cómo no, ver una película en el cine. Y aunque parezca mentira ir al cine en Suecia no es exactamente lo mismo que ir al cine en España. Me explico:

A los suecos les encanta ir al cine
Vale, puede que a los españoles también, pero desde luego no tanto. En España la industria cinematográfica está de capa caída, los cines no están súper llenos (por no decir que están bastante vacíos), muy poca gente tiene el hábito de ir al cine de forma habitual. En Suecia eso no es así: a la gente le pirra ir al cine, y lo hacen con una frecuencia mucho más alta que en España. Por ejemplo, yo en España iría al cine una o dos veces al año. En Suecia voy casi una vez al mes, y porque no quiero ir más. Me he llegado a preguntar si esto tendrá algo que ver con la forma de ser de los suecos: para un introvertido una actividad que le permita pasar dos horas con gente sin tener que hablar con ellos es simplemente perfecto.

Lo que se traduce en que hay un montón de cines en las ciudades
Hay cines “a cascoporro”. Casi todos pertenecen a la misma empresa que creo que controla más del 90% de las salas de Suecia. El estado general de los cines es muy bueno: limpios, con un personal muy atento, espaciosos, todo bien ordenadito…. Mi cine preferido es el que está frente a la Kunsthaus, en la salida de metro Hotorget. Tiene un montón de salas, la localización es súper céntrica para ir a cenar y/o a salir por la zona después, y como está al lado de T-Centralen le pilla de camino a todo el mundo.

Y eso a pesar del precio de las entradas
Ir al cine en Suecia es caro de narices. Una entrada normal cuesta unas 130 coronas, lo que al cambio son casi quince euros. O lo que es lo mismo: una cita para ver una peli romanticona con un par de refrescos y unas palomitas grandes sale por más de 40 euros.

Entradas que conviene reservar por internet
Como no compres las entradas por internet, la probabilidad de que consigas un sitio bueno para ver la peli que quieres es cero. En Suecia todo se puede hacer por internet, todo. Y como están mucho más avanzados que España en ese sentido todo el proceso de comprar las entradas por internet es mucho más razonable:
  • No tendrás que pagar un sobreprecio por comprar las entradas online. El precio es el que es.
  • Puedes elegir entre pagar las entradas cuando las reservas o cuando las recojas en las máquinas expendedoras del cine.
  • Puedes pagar de cualquier forma: por internet con tarjeta de crédito, a través de tu banca online, con tarjeta cuando recojas la entrada o en metálico en las expendedoras que hay en los cines.
Que además facilita todo el proceso previo a entrar en la sala
Si vas al cine en grupo (creo que yo jamás he ido sólo al cine) puedes aplicar la técnica del “divide y vencerás” para tardar casi nada en sacar las entradas y comprarte tus palomitas: sólo hace falta una persona para sacar las entradas, así que los demás pueden ir pidiendo las palomitas y la bebida (porque además te pican la entrada justo al acceder a la sala)

Sala donde disfrutarás de tu peli en V.O. con… subtítulos en sueco
Todas las películas que no son de dibujos animados o animación están en versión original, y de estas últimas casi todas. Los subtítulos son algo obligatorio porque muchos suecos no hablan inglés perfecto ni mucho menos y no pillan todo. Ah! Lo de versión original no es sólo con las pelis de Hollywood: si vas a ver una peli española, estará en español; si quieres ver una peli francesa, agárrate los machos porque seguramente esté en francés (subtitulada en sueco, eso sí). Mi experiencia más “traumática” fue ir a ver Malditos Bastardos: en la película original los ingleses y americanos hablan en inglés, los franceses en francés, y los alemanes en alemán. Tócate. Y con subtítulos en sueco, para facilitar la comprensión claro.

Eso sí, no tires tu entrada hasta que no salgas del cine
¿Por qué? Aparte del obvio “por si te la piden”, los baños del cine tienen un código. Sí señor, mear en un cine requiere introducir un código de cuatro dígitos para acceder al servicio, código que se encuentra escrito en tu entrada. Como estés a media película, te entren unas ganas de mear terribles, no tengas la entrada a mano y no haya nadie cerca de los lavabos tendrás que aliviarte en una papelera.

Como os decía, la experiencia de ver una película en Suecia es distinta (y bastante más cara) que en España. Espero que este post os sirva para que la primera vez que vayáis al cine en Suecia no os encontréis con alguna sorpresa desagradable.

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